Bajo el gobierno del señor Bellido desaparece de forma misteriosa este bien del inventario municipal que curiosamente la Diócesis acababa de inmatricular ( que casualidad más grande), y ahora pregunta Bellido que por qué no está en el inventario. Bien lo sabes tú Bellido. Y los demás tampoco somo tontos del todo. No muevas mucho el asunto no vaya a ser que te llenes de caquita.
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